Sobre Sexo Entre Mentiras de Fernando Esteves Pinto: comentarios de una lectora
Llevo días rumiando con la novela de Esteves Pinto, Sexo entre mentiras así que he decidido escribir estos humildes comentarios sobre la misma. Para mí esta novela es un tratado de teoría sobre la escritura. Nos presenta lo que yo llamaría, su ejercicio epistémico de la escritura: “[me refiero] al uso más desarrollado cognitivamente, en el que el autor, al escribir, transforma el conocimiento desde su experiencia personal y crea ideas.” (En psicología, Wells, 1987).
Ese ejercicio en esta novela es el intento de tratar de explicar a través del lenguaje, de la palabra, el cómo se construyen a su vez las mismas y cómo el lenguaje recrea: ¿“la realidad” o “la fantasía”? Nos evoca aquello que escribió (no recuerdo quién) que decía: “el actor miente para decir la verdad.” Refiriéndose al drama, a la actuación, y que en este caso de Esteves Pinto se puede aplicar al escritor o al poeta. Por eso, llega en un momento a inquietarnos esta narración. Porque nos da la sensación de estar perdidos en un mundo recreado a imagen y semejanza de un narrador que no vive sino, en “la palabra misma”. Está describiéndonos su verdad y tratando de hacer la palabra su certeza:
“Quienes dicen la verdad son personas que crean las mentiras del mundo en el que viven. Lo veo en mí: escribir es mentir dentro de una verdad”. (p. 18).
Es más un texto filosófico-psicológico que una novela que habla sobre el erotismo o sobre la soledad de la mujer, complementándola con lo que llamamos modernamente el mundo virtual. Ésta es la anécdota. Tema que tiene tela para cortar pero, del cual desgraciadamente soy una ignorante completa. Porque personalmente no he querido entrar nunca a esa esfera de la Internet, demasiado morbosa para mí, donde creo, que en un mundo donde ya de por sí, comunicarnos nos cuesta tanto y más, con alguien que está al otro lado de la pantalla. Ese alguien que nos puede estar mintiendo (¿dije mentira?) o nos puede estar desnudando la verdad más agria y dolorosa. Todavía prefiero la sana manera de mirarnos a los ojos del interlocutor y tratar de leer los signos de la bondad o los signos de la maldad humana. Por eso creo que a Esteves Pinto le costó tanto escribir esta novela como él mismo expresa en la “Nota introductoria”. Definitivamente, tuvo que ser un trabajo de recurrente análisis para no caer en la subjetividad más completa y mantener un poco de objetividad. Un poco, porque nunca lo somos del todo, no existimos sin nuestros prejuicios, estoy segura que el autor estaría de acuerdo conmigo. Conozco hace tres años a Esteves Pinto, conozco al amigo, al poeta y al editor independiente y créanme, es completamente inofensivo. Yo que siempre estoy tratando de sacar lo biográfico de todo lo que leo, porque soy una aprendiz de escritora completamente autobiográfica, no encontré mucho de Fernando en estas páginas. Lo que encontré, una vez más, fue a su cerebro acelerado, siempre quisquilloso y perspicaz para hacernos pensar con sus preguntas existenciales. La sinceridad del que narra llega a decirnos: “Son mentiras verdades de alguien que sufre por una verdad.” (p.18)
Abarca esta novela varios temas y todos ellos vistos bajo la lupa de este escritor-narrador a veces; airado, triste, erótico, bebido, sobrio, en búsqueda siempre… Y a través de unos personajes femeninos que gritan sus soledades y sus abandonos de formas distintas pero unidas todas por lo erótico y el debatir la definición del amor de pareja. Creo que este narrador en búsqueda no encontró verdades, sino, interrogantes. Eso sí, creo que hizo su exorcismo brillante en tratar de llevar “a la idea” a la página en blanco. Describir el mundo de alguien que intenta ser feliz a través del dolor de ser, que siempre duele doblemente. La crueldad, la violencia, la mentira, la verdad, la locura, la humildad, los soñadores, la venganza, la inocencia, la soledad y la infancia son parte de los temas expuestos.
Más, el tema del amor y la escritura como simbiosis, me parece el más original y el mejor expuesto. Lo comunicante como expresión amorosa unida al sufrimiento y la mentira:
“ […] El sufrimiento es requisito para el que ama. Si no estuvieras dispuesto a sufrir, no sabrías amar. […] El miedo a amar se debe a que el gran amor, al ser sincero y verdadero con aquél que nos ama, siempre nos destruye. Todo lo demás es una oración de sufrimiento que se arrodilla ante el corazón”. (p.14)
“ […] Estoy, ya lo sabes, en el sufrimiento, pero las palabras me sirven de defensa. Siempre he querido saber mucho sobre los demás, mucho más allá de lo humano, y ahora creo no saber nada de mí, nada en la terrible consciencia de haber vivido sus aflicciones. Quien me lee ahora no imagina el sufrimiento que fue preciso condensar en un tiempo de escritura para que todo volviera a tener una vida que escapase a la ficción de existir en mi pensamiento. Exijo silencio a mis palabras.” (p.15)
“ […] El amor es un libro en blanco del conocimiento donde el tiempo escribe los sentimientos del que ama. […] El amor dura mientras haya materia desconocida del otro. […]” (p.28)
“- La escritura es sufrimiento. Padecer la escritura para que el texto nazca.” (p.30)
“[…] ¿Qué queda, sino joder la escritura? Joderla con dolor. […]” (p.31)
“[…] ¿Por qué las historias tristes son tan hermosas? Pienso que porque hay mucho amor dentro de ellas. […]” (p.38)
[…] Siempre sentí esta manía de amar a través de la escritura. […] (p.42)
“Tengo miedo de que las palabras digan más de lo que siento, porque las palabras mienten y el ejercicio de la mentira siempre ha dado una buena escritura a mis sentimientos. […]” (p.43)
“ […] Si quieres ser feliz, entiende mi infelicidad como una creación. Y no valores al hombre que escribe por la mujer que ama. Pues el amor es el arte de la corrupción emocional y el hombre es el artista del amor corrompido.” (p.44)
“ […] Y la literatura siempre será una galería de mentiras conservada con mimo. Tan de verdad representadas. […]” (p.45)
“ […] Amor y literatura son parecidos en la mentira, y es triste no amar a alguien porque se tenga miedo de la mentira. […] (p.57)
“ […] La verdad es un lenguaje del silencio. Nunca temí al silencio, pues el silencio es mi forma de vivir. […]” (p.57)
“ […] Porque la escritura es más la pérdida que el beneficio de lo que pensaba escribir. Como el amor, es más la representación que el sentimiento.” (p.111)
“ […] Pero el amor sigue, no sé si te das cuenta, el amor sigue aunque no haya a quien amar. También la escritura sigue sin palabras visibles hasta que no encontremos un fin a lo que sentimos.” (p.113)
“ […] El pensamiento es una barrera contra el silencio. La escritura es la construcción de esa barrera. Escribir es estar atento al valor del pensamiento.” (p.115)
“ […] Se aprende sólo tras el daño. Tal vez después del sufrimiento la vida siga a tu disposición en una lección de amor a los demás. […]” (p.120)
“ […] La escritura quiere a quienes no temen la soledad.” (p.146)
“ […] El silencio está hecho con las palabras que nos duelen, y todo es una escritura apresurada cuando decimos algo a otro. […]” (p.150)
Como se puede apreciar en estas citas, sacadas con toda intención de su contexto, la novela nos devela un pensamiento profundo, el pensamiento de un indagador, el pensamiento de alguien que desea entender en última instancia a la mujer, entre otras cosas. Bueno, y porque soy mujer, creo que esta tarea la lleva a buen fin, tratando de describir lo erótico en nosotras y en dos citas de este libro me sentí identificada. No porque sea la visión que tengo de mí misma sino, por la particularidad de ese intento masculino de entender lo femenino. ¿Alguna vez, nosotros, los hombres y las mujeres, podremos entendernos desde nuestros lenguajes particulares, desde la palabra misma, desde esa magia que nos acerca y nos distancia como género? Sinceramente, a esta altura de mi vida, no me importa y como dice este escritor-narrador: “ […] Estoy en una edad en que la verdad ya no precisa esconderse. No sé mentir. […] (p. 151).” Y aquí los dejo con estas dos citas, sabuesas y deseantes…:
“ […] Es triste tener que llegar a este estado y por eso pienso que ella escribe mejor cuando las palabras le salen del cuerpo casi deshaciéndose en un dolor demoníaco, una fiebre loca que se encuentra en ciertos poemas femeninos que buscan en el infierno de la inspiración la verdad que se oculta en una vida tan triste.” (p.123)
“ […] Dios mío, las mujeres que escriben subliman tanto el amor con sus versos, que es una emoción tan jodida como tener a Florbela Espanca desnudándose frente a uno y en vez del cuerpo desnudo como un sol caliente en mi sexo, veo una boca vaginal declamando tristes mentiras que el amor me hace ver.” (p.124)
Los exhorto a leer esta novela con el lente de la inteligencia, más allá de la anécdota y de nuestros minúsculos egoísmos, con el corazón en los ojos, para que puedan alcanzar a sentir lo: “que el amor me hace ver.”
Maribel Sánchez-Pagán
Tampa, Florida
16 de Noviembre de 2009.
Sem comentários:
Enviar um comentário